Promulgada por Juan Pablo II en 1991, cien años después de la «Rerum novarum». Su título significa «a los cien años».
Actualiza las palabras de León XIII y desarrolla la continuidad de los últimos cien años en materia de doctrina social. Por ejemplo, cuando León XIII escribía «amistad» hoy día lo traduciríamos como «solidaridad».
Juan Pablo II habla de la «civilización del amor».
Es necesario reconocer a Dios en cada persona y a cada persona en Dios. Esa es la condición de un auténtico desarrollo humano.
Como consecuencia de la caída del muro de Berlín y el sistema soviético, se muestra un aprecio por la democracia y por la economía libre, pero siempre enmarcada en una indispensable solidaridad.