Hay que saber diferenciar entre los principios permanentes y los valores fundamentales que propone la Doctrina Social de la Iglesia. No son lo mismo, aunque entre ellos existe una relación de reciprocidad.
Los valores fundamentales de la vida social son cuatro: la verdad, la libertad, la justicia y el amor.
La Iglesia Católica no asume competencias específicas de orden técnico y temporal, pero sí que interviene para indicar si estos valores son afirmados o negados. Es decir, que participa activamente en los debates públicos cuando alguno de estos valores fundamentales es agredido de cualquier modo, ya sea a nivel institucional o por medio de cada uno de sus miembros.