La Iglesia Católica considera que se deben reconocer algunos derechos de los trabajadores por emanar estos de la naturaleza de la persona humana y de su dignidad trascendente.
Los derechos de los trabajadores que la Iglesia Católica defiende son los siguientes:
- Derecho a una justa remuneración.
- Derecho al descanso.
- Derecho a ambientes de trabajo saludables.
- Derecho a la salvaguarda de la propia personalidad.
- Derecho a subsidios para trabajadores desocupados y sus familias.
- Derecho a la pensión y la seguridad social para la vejez o la enfermedad.
- Derecho a previsiones relacionadas con la maternidad y paternidad.
- Derecho a reunirse y a asociarse.
La remuneración es el instrumento más importante para practicar la justicia en las relaciones laborales. Comete una grave injusticia quien la niega o no la da a su debido tiempo y en la justa proporción al trabajo realizado.
La Doctrina Social de la Iglesia reconoce la legitimidad de la huelga, después de haber constatado la ineficacia de todas las demás modalidades para superar los conflictos.