También un documento surgido del Concilio Vaticano II, publicado en 1966. Significa la dignidad humana.
En este documento se proclama el derecho a la libertad religiosa.
El derecho a la libertad religiosa se fundamenta en la dignidad de la persona humana, y debe ser reconocido como derecho civil.
Este derecho no se refiere sólo a las personas individuales, sino también a las diversas comunidades humanas, a las que no se les puede imponer creencia religiosa alguna ni tampoco impedirles el culto sano que su tradición les haya transmitido. Las personas y pueblos deben estar libres de coacción.