La misión de la Iglesia es anunciar el misterio de la Salvación en Cristo. A esto se le llama evangelizar.

La Doctrina Social de la Iglesia es un instrumento de evangelización y se desarrolla donde se encuentran el mensaje evangélico y la historia humana, es decir que trata de poner en diálogo la fe católica con la realidad social de cada momento de la historia.

No es una acción marginal que se añade a la misión de la Iglesia, sino que forma parte del corazón mismo de su misión. La Iglesia no se aleja de la propia misión cuando expone su doctrina social, sino que es estrictamente fiel a ella. La doctrina social es palabra que libera.

En la Doctrina Social de la Iglesia se encuentran los principios de reflexión, los criterios de juicio y las directrices de acción que sirven como base para promover un humanismo integral y solidario. Está orientada a la praxis, es decir a poner en práctica los principios y valores de la DSI en las relaciones sociales contemporáneas y cotidianas para transformar la realidad según el plan de Dios.

La DSI no pertenece al ámbito de la ideología, sino al de la teología moral (en lo que se denominan niveles fundante, directivo y deliberativo).

No es un sistema ideológico. La DSI es un conocimiento iluminado por la fe. A partir de la atenta reflexión de las complejas realidades de la vida humana, la DSI formula unas ideas y proposiciones a la luz de la fe y la tradición de la Iglesia Católica.

Toda la Doctrina Social de la Iglesia gira alrededor de la prioridad de los empobrecidos, de vivir la unión entre el amor y la justicia, así como también de la convicción de que cuando nos sentimos responsables de las demás personas y nos esforzamos por la construcción común de la sociedad, esta es más humana y humanizadora.